Desde hace tres años tengo un viaje en mente. No soy para nada devota, me considero una persona religiosa pero no llego a sentir la pasión de la que gozan los sevillanos. Este año me decidí y allá voy. Pasaré unos días en Sevilla, no únicamente para ver alguna procesión y el espectáculo que envuelven, sino para descubrir también su cultura, su gastronomía y a sus gentes.
No puedo augurar nada, van a ser tres días que sé que disfrutaré. Sevilla es preciosa, su gente muy graciosa y "salá". Además aprovecharemos para asistir al partido de futbol Vila-real- Sevilla. Espero que ambos resultados sean buenos.
Mi tía siempre me decía que tenía que acompañarla algún día. Ella es como yo, sencilla en cuanto a religión, pero lo que le impulsa a ir año tras año a Sevilla es verlo todo. Aunque no seas muy "beato", Sevilla en Semana Santa te gustará. Asi lo espero.
De momento es una Semana Santa pasada por agua. A ver si el tiempo cambia y podemos disfrutar de algo. Almenos siempre nos quedará su historia, sus monumentos, sus calles y la gente.
Me han contado muchas historias sobre Sevilla en estas fechas, sus tradiciones, sus costumbres, cómo visten, cómo lo viven... Pero no quiero adelantarme a los acontecimientos y quiero descubrirlo por mí misma. Sé que tres días no son mucho, pero espero sea suficiente. Y ya se sabe, "lo bueno, si breve, dos veces bueno".
Así también me quedarán las ganas para volver el año que viene. Voy a ir con mi familia y amigos, que es como mejor se disfrutan estos viajes. Creo que Sevilla tiene la magia de unir todavía más a la gente, ¡y eso sin conocerla!
Siempre he sido una gran admiradora de esas tierras y tenía mucha curiosidad por descubrirla en algún momento. Parece que ese momento ha llegado. En tres horas sale el avión. Así que poco más que contar.
En esta entrada he querido dejar por escrito qué siento antes de Sevilla, para que la siguiente entrada responda a si ha cumplido mis expectativas, si me ha gustado y si volveré. Si me hace sentirme diferente y entender la fortaleza de la gente y las lágrimas que sueltan cada vez que sale al paso una carroza.
Así que esto es todo. A la vuelta responderé a estas y más cuestiones que tengo en mente. Me voy totalmente objetiva y sin ningún prejuicio. ¡Ya veremos cómo vuelvo!
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