sábado, 26 de marzo de 2011

Adiós a TV3 en Valencia

Atrás han quedado aquellos años en los que, en la Comunidad Valenciana sus ciudadanos podían gozar de su derecho a la libertad de escoger cualquier canal de televisión. Atrás quedaron porque uno de estos canales ha sido anulado, a partir de 2011 TV3 en Valencia no se verá.

No reivindico la erroneidad de esta decisión únicamente por la anulación de un derecho fundamental, sino porque se está prohibiendo poco a poco la difusión de un signo cultural que nos diferencia del resto de españoles, el catalán.

En Castellón, Valencia y Alicante hay canales en valenciano, como Canal 9 y sus compañeros más pequeños. Pero TV3 siempre ha significado un apoyo a medios en catalán en la CV. TV3 siempre ha sido un canal con bastante audiencia en Valencia. Muestra de ello son los signos de molestia que ha causado entre los valencianos el cierre de TV3.

Ahora, unos pocos han decidido por cuestiones políticas el futuro de la televisión en catalán en el País Valenciano. Se ha afirmado que TV3 es alegal y que hasta que la Generalitat de Catalunya y la Generalitat Valenciana no se pongan de acuerdo con el gobierno de Madrid, la decisión será firme.

Yo, como valenciana, lo considero una total anulación a un principio cultural básico para todos: nuestra lengua. Para mí y para muchos el catalán (o valenciano) forma parte de mi educación y de mis valores, es mi primera lengua, mi lengua nativa, y que anulen un canal catalán en mi país lo considero una anulación a una parte muy importante de mi identidad. 

Considero que es una persecución por la lengua y los contenidos libres de una televisión. La propuesta para solucionar este problema es la creación de una ley, que en caso de ser aprobada, haría que todas las televisiones en una misma lengua circularan libremente por todo el territorio donde se habla esa lengua. El beneficio para los ciudadanos es la libertad de circulación de más televisiones.

Desde pequeña me ha gustado ver Canal 9 u otros canales de RTTV. Pero también tener la libertad de poder escoger ver TV3. Ahora sé que, de momento, nos vamos a tener que acostumbrar a esta limitación.

De la misma forma, me gustaría poder ver Canal 9 en TV3. Pero no es así. Ello contribuiría también a que Canal 9 se hiciera más en valenciano y que fuera más libre, más abierta y más plural, ya que en ocasiones sus contenidos pecan de no ser lo suficiente.

De momento, muchas poblaciones, municipios o ciudades ya se han manifestado para dar testimonio de que la noticia no ha sido bien aceptada. Esperemos que, por una vez, escuchen a la gente, a la audiencia, que es quien tendría que decidir qué ver. Y que así se pudiese cumplir el derecho a las libertades de las personas.

viernes, 25 de marzo de 2011

El vino mueve masas

¿Qué decir del vino? Es una bebida elegante, destinada a celebraciones. Vino tinto, vino blanco... Podríamos decir que para gustos, vinos. Las personas tenemos distintos sentidos del gusto, tenemos distintos paladares. Por esta razón, es muy subjetivo hablar de la calidad de los vinos. Cuál es mejor, cuál tiene más color, cuál es más fino o cuál es más seco. Existen mil definiciones acerca de la sensación de un sorbo de vino penetrando en nuestras papilas gustativas. Pero no existen dos personas iguales a las que el vino les proporcione las mismas sensaciones.


                                               


El vino forma parte de la historia. Conocemos relatos en siglos atrás en donde el vino ya formaba parte del paisaje de la época. Ahora que se acerca la Semana Santa tenemos el claro ejemplo del vino con motivo religioso. En cada misa el vino significa la misma sangre de Cristo. Y comparar ambos, amplia su importancia.

Pero no queda ahí su evolución histórica. Ya en antiguos viñedos se utilizaban técnicas más rudimentarias para conseguir una botella de vino. Ahora, con las innovaciones tecnológicas, las máquinas y la producción a gran escala, es mucho más fácil de hacer. Hoy en día existen muchos nombres de vinos, más y menos famosos, más y menos conocidos, y de mayor o menor precio.

Sinceramente, no siento mucha afinidad por los vinos, pero muchos de mis familiares sí. He crecido rodeada de botellas de vino y conozco algunos de los nombres estrella o de las marcas estrella. Son caros, claro, pero la calidad es muy alta y el proceso de trabajo, costoso.

Creo que la apariencia de los precios también es subjetiva. Compramos lo que estamos dispuestos a pagar. Y si se venden millones de botellas y se exporta tantísimo vino español alrededor del mundo es porque el vino es un gran negocio. Un negocio que mueve a muchos profesionales. Un negocio que inventa nuevas profesiones, como la cata de vinos. Que implica a miles de personas en su producción, en la planta de las viñas, la recogida y el proceso restante. Estamos hablando de una forma de vida.

Por todo esto, porque ha formado y forma parte de la historia, porque repercute económicamente a la industria nacional, porque mueve una gran cantidad de dinero y sobre todo, porque hay personas a las que les encanta un buen vino, por lo que creo que la tradición del vino ha dibujado una cultura. El vino es gastronomía, el vino es cultura.

He tenido la suerte de ver en primera persona cómo funciona la producción del vino. He visto viñedos amplios y preciosos. Y he visto cómo es el proceso para su obtención. Comprendo que si hay intereses económicos, las empresas vinícolas se limitan a producir y producir y, al final, forma parte de la monotonía y se convierte en un trabajo.

                                        

Pero también hay personas que disfrutan teniendo un minúsculo viñedo y produciendo una veintena de botellas al año. Para luego disfrutarlo en la intimidad, personalmente con sus familias. Ahí está su riqueza. Compartirlo con gente a la que admiras, a la que quieres. Y es que creo que el vino es un motivo de reunión y siempre está presente en nuestras celebraciones.

Para mí sí que existe una cultura del vino. Habrá más o menos gente y en mayor o menor intensidad, a las que les guste beberse una copa de vino antes de cenar o, tal vez, acompañar sus comidas con una botella. Pero en el momento en que reflexionamos y observamos que forma parte de nuestras vidas diarias, ya entendemos que es muy popular y que, por supuesto, es un buen regalo para contentar a otra persona.

Entonces, ¿por qué nos resulta extraño entender una bebida alcohólica como un signo cultural? En mi opinión hemos evolucionado culturalmente demasiado, nuestros hábitos han cambiado y ahora cada vez más pronto probamos nuetro primer trago de alcohol. Es decir, nos habituamos antes a bebidas fuertes, o a bebidas alcohólicas, y poco a poco, integramos en nuestra dieta normal este tipo de bebidas. Y el vino, que no es estrictamente alcohólico, entra en nuestra dieta para cualquier día y no tiene por qué ser para actos puntuales. Por ello, podemos pensar que es totalmente normal beber vino y que no por ello se nos considere alcohólicos. Lo importante es que la gente disfrute y se divierta con una copa.

El vino nos ayuda a enamorarnos, a entablar amistades, a solucionar un malentendido, a hacer un regalo, a mantener conversaciones, a celebrar fiestas populares... El vino nos ayuda a socializarnos con nuestro alrededor. Está integrado en la cultura y en el saber vivir de la sociedad.

También quisiera añadir que, en la actualidad, con la alta cocina, con nuestros exquisitos gustos, los paladares, fantásticos cocineros y maravillosos restaurantes, el vino se convierte en clase y elegancia para integrar perfectamente todos los sabores de la cocina. No importa que sea tinto o sea blanco, lo que importa es que sea un buen vino y, por supuesto, que se disfrute con amigos. Por esta razón, adquiere un gran protagonismo en nuestras mesas. Como he dicho antes, poco a poco va ganando más y más importancia. Y repito que no hay mejores o peores vinos, claro que hay una lista con los más conocidos, sino que nuestro gusto subjetivo es el que ha de decidir cuál tomar, dirigido a las materias primas que comemos, dirigido al momento del día en el que bebemos o dirigido a la estación del año. Hay mil condicionantes para escoger el vino adecuado. Y son todos estos detalles los que nos hacen entender que se ha estudiado mucho en ello. Esto ratifica todavía más que el vino, en España, es un signo cultural que nos define, que dibuja nuestros gustos y nuestra forma de vivir y disfrutar de las pequeñas cosas.

                                                  

sábado, 19 de marzo de 2011

Care Santos y el paso del tiempo

Con 14 años ya me apasionaba la lectura. En aquella época conocí a Care Santos por casualidad. Recuerdo que solía ir a la biblioteca del colegio, a escondidas de mis amigas, para pulirme un gran abanico de libros en tan solo una semana. Un día fui descubierta por mi profesora de literatura, a la que admiraba. Es curioso que siempre he sentido devoción por todas las personas a las que la lengua y la lectura les apasionaban. Le conté qué planes tenía con toda aquella pila de libros que tenía entre mis manos. Recuerdo el momento exacto. Ella me dijo, muy orgullosa, que el lunes me traería un regalo. Y así fue. La sorpresa fue un libro sobre mi pupitre, y ella guiñándome un ojo ante la incierta mirada de mis compañeros de clase.


"El anillo de Irina", se titulaba. Mi profesora me advirtió que la joya no era el libro, sino la autora. Care Santos, leí. Y tenía razón. Después siguieron otros como "Laluna.com", "Los ojos del lobo" o "El dueño de las sombras". Descubrí a una gran escritora. Y fue en aquel tiempo cuando comencé a interesarme por el periodismo.

Al cabo de unos años, cuando cursaba bachillerato, mi profesor de lengua me sorprendió con una noticia. Él, por supuesto, no sabía que me iba a hacer muy feliz con ésta. Sobre todo porque mis gustos literarios habían cambiado. Pero en el fondo continuaba siendo una niña. Por ello cuando supe que iba a asistir a una conferencia de la mismísima Care Santos, me puse muy contenta y recordé mis fines de semana adolescentes pegada a los libros, por simple curiosidad y gusto.

                                            

Llegó el día y me atreví a confesarle mi admiración hacia ella. Se sorprendió porque fui la única que se acercó para que me firmara todos sus libros. Care Santos me dijo, textualmente, "me haces muy feliz, y es para personas como tú para quienes escribo y disfruto escribiendo". Aquello se me pegó en la mente. Y hasta hoy no he podido olvidarlo.

Hacía años, desde que estoy en la universidad, que no sabía nada acerca de ella. En efecto, mis gustos habían cambiado y tenía libros de otras materias para la universidad. Y la semana pasada, cuál es mi sorpresa, veo en el periodico una noticia que titula "Care Santos se doctora con 'Habitaciones cerradas', su proyecto más ambicioso".


                                       

En el texto ponía que esta novela  marcaba un antes y un después en su carrera. Luego supe que se llevará a la televisión en forma de mini series, recreando la sociedad barcelonesa y el ambiente misterioso del siglo XIX. 

Hoy he comprado "Habitaciones cerradas". He leído en dos horas 80 páginas. Vamos por buen camino. Me encanta leer y leer, y así rememorar su forma de escribir, la capacidad de descripción y de situación que tiene, las palabras que utiliza y la simple forma de narrar un relato. El misterio que envuelve a la novela, los personajes y la misma Barcelona hace siglos.

Estoy entusiasmada por seguir disfrutando de la literatura de Care Santos, a mis 20 años. Y me hace recordar mis 14 y los años posteriores. Me entristece porque ha pasado el tiempo y no me he dado cuenta. Pero esto me demuestra que sigo siendo yo misma, que en el fondo no he cambiado tanto, la de ahora y la de antes.

                                       

                            


Y, para finalizar, dejo el enlace del blog oficial de Care Santos: http://www.silencioeslodemas.blogspot.com/, y, en concreto, del blog que ha creado para enfrentarse al fenómeno "Habitaciones cerradas", una novela que dará mucho qué hablar en los próximos meses: http://www.habitacionescerradas.blogspot.com/.

domingo, 13 de marzo de 2011

Con Kylie, con amor...

Maravillosa y adorable. Deslumbrante en cada uno de los vestuarios. Puestas en escena perfectas e impresionantes. Con un equipo de bailarines que "embobaba" y con una voz que solo ella tiene y que no necesita nada más. Un espectáculo de concierto.Kylie Minogue


Anoche Kylie Minogue confirmó ser una diosa del Olimpo. Una total Afrodita para su emergente público. Icono gay. Icono hetero. Derrochó glamour y diversión en un concierto de dos horas y en el que no dejó indiferente a nadie.

Tenía las entradas desde hacia muchos meses y esperaba la noche de ayer con muchas ansias. A las nueve y media justas empezó el show. Impresionante en el interior de una concha, subida después a Pegaso para pasar a ser arrastrada sobre un carruaje romano tirado por unos bailarines con esculturales torsos.



Lo cierto es que las canciones fueron precisamente escogidas y adapatadas al ritmo del mismo Olimpo. Un escenario rodeado de oro, en el que bailaban diosas y dioses vestidos delicadamente para cada canción. Kylie extremó vestuarios, desde el blanco al negro, del plata al oro, y de forma informal con shorts y una peluda para terminar como una burbuja dorada con gorro incluido.

En todo momento se percibió la felicidad que vive actualmente Kylie. Con una enfermedad totalmente superada, siendo éxito en ventas, con super-novio-modelo y apoyada por 15.000 fans en una mágica noche barcelonesa. Símbolo de ello fue el derroche de amor y delicadeza que sugirió todo el concierto.

 
Se atrevió no solo con el castellano, sino también con el catalán: "estic molt feliç de tenir família aquí, especialment al meu cupid boy, mister Andrés". Para acabar tumbada en el suelo, estirada, para llegar a su amor y fundirse en un cariñoso y suave beso. Gesto que emocionó al público y que generó una oleada de aplausos y voces.

Indiscutiblemente, el mejor concierto al que he ido hasta la fecha. Por el despliegue de decorados, vestuarios, equipo, canciones, puestas en escena, por la multitud de gente, y sobre todo por ella, por nuestra Kylie. Demostrando que una madurita también puede ser princesa y diva del pop.

Y arriba por la libertad que se vivió toda la noche. Miles de parejas homosexuales. Público gay al completo y con toda normalidad de proliferarse besos, gestos y demostrar su AMOR. Palabra estrella de la noche.


Solo me queda decir una cosa: we love Kylie!


Kylie Minogue, en el escenario a modo de Olimpo, rodeada de bailarines, anoche en el Sant Jordi.

domingo, 6 de marzo de 2011

La gran semana cinematográfica

Ante la incertidumbre de los Oscar, cada uno de nosotros apostaba por una película ganadora, un director ganador y, por supuesto, el Oscar a los mejores actores protagonistas. En estos casos, suele estar siempre estimado, pero algunas veces los premios sorprenden.

Aunque puede decirse que la gala de este año no ha sorprendido demasiado. El discurso del rey, con Colin Firth y Cisne negro, con Natalie Portman han sido las dos grandes protagonistas.

Personalmente, considero ambos galardones totalmente merecidos.Siempre he admirado a Colin Firth y creo que es un actor maravilloso, inexplotado y cuyo reconocimiento le permitirá trabajar todo lo que se merece y desarollar su carrera sin ninguna barrera. Porque la realidad es que con un Oscar es más fácil llegar a la cima.


La otra gran premiada, la preciosa Natalie Portman. Para mí, una estrella. Y aunque siempre quiere mantenerse en un segundo plano, brilla por sí misma. Sorprendíó, además, puesto que cambió su vestido unas horas antes a causa de las declaraciones antisemitas del gran maestro John Galliano. Portman, que es imagen de la firma Dior, decidió sustituir su vestido por un morado de Rodarte. Estaba espléndida, impulsado también por la felicidad de su embarazo.


natalieportman.jpg
¿Y qué decir de su película? Como bien Natalie en la ceremonia: "Gracias a mi amor, que me ha dado el papel de mi vida". En efecto, Cisne negro la ha catapultado como una de las actrices de más nivel y con más estrella.

Hace unos días, leía en una revista un reportaje dedicado a la "Gran Natalie", así lo titulaban. Ella aseguraba que había tenido que trabajar muchísimo y preparse durante diez meses para llegar a cumplir con su papel y realizar cada una de las escenas. Sentir el dolor de los pies y de sus músculos le hizo comprender el sufrimiento de las grandes bailarinas. Aseguraba que ponerse en la piel de personajes reales es lo que perfila y engrandece el papel. Y es que la calidad de las películas se demuestra en las historias y el trabajo que esconden. Y, por esto, Cisne negro goza de mucha calidad.

Una historia psicológica, unas escenas tremendamente bien realizadas, unos planos muy buenos, unos personajes verdaderos y brillantes y un místico pero maravilloso guión, hacen del film una obra que seguro pasará a la historia de los Oscar.

Pero quiero decir que, en el caso de que no hubiera obtenido el Oscar, la película sería igual de misteriosa y perfecta.

Después de ver Cisne negro, reafirmé todavía más mi opinión sobre Natalie Portman. La admiro desde que la vi en "Developing".

                                          

Entonces era una niña. Ahora, una actriz camaleónica que se adapta a cada uno de sus papeles, y se atreve con todo. Por lo que se ha merecido plenamente el Oscar.